no llorar,
ni lamer las paredes de esta habitación raída y perdida en el extra radio de la gran ciudad,
cada minuto se expande, abre vórtices del tiempo y anula la negrura,
que arrasa mi corazón,
y me nubla la vista....
soy más fuerte que el metra quilato,

hoy, sí es hoy,
cuando vengo más puro que el agua mineral,
decidido a cuestionar este mundo absurdo
que se apoya en un bastón de madera
por inútil, por caótico
derruido y decidido al cambio.